Pero aprieta más, hijo.


Pero aprieta más, hijo., originalmente cargada por Paupeers en papier.

Un año más ha llegado San Antonio y con él la tradicional verbena en Príncipe Pío, este año amenizada por La Casa Azul.
Pero, pese a lo que piensen algunos, el plato fuerte no fue eso. Tras la maratón de danza moderna y grito coral nos dirigimos a la puerta de la ermita en donde, al igual que otros años, se encuentra una minipila bautismal llena de alfileres.
La tradición reza así: has de llevar 13 alfileres que depositarás junto a los otros, una vez hecho esto introducir tu mano. Según los alfileres que se te hayan clavado así será tu cuenta de novios hasta el próximo San Antonio.
Uno que nunca había participado de esta tradición de dudosa salubridad este año se lanzó:

1er intento. Una de las muchas cincuentonas allí congregadas me grita, "pero aprieta más, hijo, aprieta más", para, acto seguido, retirarme la mano y hundir la suya hasta el fondo. "¡Siete! Me han salido siete" dice mientras se aleja del lugar.

2º intento. Jacobo me saca la foto de rigor y, mira, en un acto de lucidez decido retirar mi mano de ahí. Quien busque un amor punzante y doloroso que sufra y meta la mano... así le ha ido a la pareja tradicional. Yo, por el momento, gusto de amores menos beligerantes.

Resultado de la noche: 30 cuellos luxados por culpa del movimiento de hombros que se estilaba en el concierto, un mini de calimocho derramado sobre Jacobo en dos tandas (lo siento, lo siento, lo siento), 60 intoxicaciones por culpa de la gitana que vendía "perritos calientes" y un indefinido y aún desconocido número de enfermos por culpa del baño de sangre de los alfileres.

Foto: Jacobo y Javi con su gorra de chulapo frente a una de las típicas casetas. Jacobo ha prometido el traje de chulapa para el año que viene, y aquí dejo constancia de ello.


_____________ 16 días.


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